viernes, 6 de marzo de 2009

ABDERRAMAN - EL ULTIMO OMEYA

Juan Queija (ciencia e historia).


En el año 711, los moros del norte de Africa entran en la península ibérica y toman posesión de las tierras andaluzas, llaman a sus dominios " AL ANDALUS " (que quiere decir tierra de vándalos).Las tribus bereber que todavía no han sido convertidas al Islam se transforman en mercaderes de la guerra, es decir mercenarios que por oro se venden al mejor postor.

El dominio de los moros en la península llega prácticamente hasta Zaragoza y en el año 732 un ejército bien pertrechado a las órdenes de un emir llamado AL GAFIKI, cruza los Pirineos y se introduce en Francia hasta la altura de tours-Poitiers en donde los ejércitos de Pedro Martel logran derrotarlos. A partir de este momento los moros de España abandonan la idea de invadir Europa y deciden asentarse en el centro y sur de la península.

En el año 750 en Damasco, capital por excelencia del mundo islámico, las dos principales facciones árabes, es decir los omeyas, que son los que gobiernan en ese momento y los abasíes, se enfrentan en una lucha a muerte, finalmente los abasíes vencen a los omeyas y deciden eliminarlos. Estas diferencias vienen dadas por tener distintas opiniones sobre el califato de Damasco, los abasíes opinan que para ser califa, es decir representante de Mahoma en la Tierra es necesario tener sangre de la familia del profeta, los omeyas, por el contrario, opinan que no y aluden a la universalidad de las enseñanzas de Mahoma en su libro sagrado " EL CORAN ", opinan que cualquier hombre que siga esas enseñanzas aunque no sea descendiente de la familia del profeta pueda llegar a ser califa.

Finalmente los abasíes establecen su califato y hacen desaparecer toda huella del califato omeya en el mundo árabe con la excepción de Abderramán que a la sazón tenía veinte años y un hermano menor que él. Logran escapar hacia el rió Eufrates el cual intentan cruzar a nado los abasíes los persiguen hasta las orillas del río y en el intento el hermano de Abderramán muere ahogado. Abderramán logra huir y tras un largo éxodo a través del desierto consigue llegar al norte de Africa en donde familiares bereber, por parte de su madre, le dan refugio. Durante cinco largos años permanece fuera del alcance de los abasíes y finalmente es ayudado por un jefe bereber que le proporciona algunos hombres y algo de oro y así en el año 756 consigue cruzar el estrecho de Gibraltar y se introduce en la península, comienza entonces una serie de campañas destinadas a reclutar hombres para formar su primer ejercito. Más adelante un emir llamado Yusuf Al-Fihri controla los principales territorios de dominio moro, es decir Córdoba, Mérida y Toledo. Abderramán se enfrenta a él durante varios largos años hasta conseguir derrotarlo y a partir de ese momento se proclama dueño y señor de " AL ANDALUS “, hace de Córdoba su capital y da comienzo el emirato de la primera dinastía omeya.

Córdoba se transforma en la capital del mundo con más de setecientos mil habitantes ,bibliotecas con más de cuatrocientos mil volúmenes, baños públicos, aguas termales y sus calles poseían alumbrado y alcantarillado, por comparar podríamos decir que Londres en esa época era un villorrio , las matemáticas, la medicina y la astronomía junto con las artes alcanzaron cotas muy altas, rivalizó en conocimientos con Damasco y Bagdad y por supuesto si no hubiera sido por la dominación omeya la Europa de los siglos VIII al XV no sería nada relevante , históricamente habría pasado totalmente desapercibida . Dentro de las ciencias la medicina alcanzó una brillantez increíble. El médico, en árabe " AL HAKIM " estaba considerado un sabio no sólo experto en medicina si no también en filosofía e historia. La literatura y dentro de ella la poesía alcanzaron un nivel altísimo, el propio Abderramán solía escribir versos y aunque no se han encontrado restos de sus escritos, la leyenda nos dice que era un poeta extraordinario, además los judíos que convivían con los moros, tuvieron libertad para crear, dentro de sus posibilidades una poesía judía de máximo esplendor, en suma todas las artes árabes y judías sobresalieron como en ninguna época anterior.

En la tercera dinastía omeya, Abderramán III se proclamó califa del mundo islámico.

Durante siete siglos los omeyas nos dejaron su sabiduría. Esta huella árabe ha conformado nuestra cultura de una manera imborrable.

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